Speaker 1: El humo y el fuego cubren la ciudad de Los Ángeles. Los avances, realizados gracias al duro trabajo de los bomberos, se ven ahora amenazados por la llegada de fuertes vientos. Una bandera roja anuncia la alerta máxima en el país. Costará miles de millones de dólares que Los Ángeles vuelva a ser lo que era. Necesitamos que el Congreso aumente la financiación. Lo haremos si Dios quiere. La vicepresidenta Kamala Harris pidió paciencia. Gente que no ha perdido su casa sigue bajo orden de evacuación. Sé que quieren volver a casa, pero ahora hay que ser pacientes. Mientras el Congreso afronta la tarea de reconstruir Los Ángeles, miles de bomberos estadounidenses descansan en la playa de Malibú. Se viene aquí para comer y luego de comer recibes instrucciones y una asignación y sales de la fila. Vestidos de naranja, los presos ayudan a dar comida a los bomberos. Es un honor. Somos prisioneros, pero estamos en la playa de Malibú cumpliendo nuestra condena. El estado de California espera el apoyo de más voluntarios. Camiones cisterna reponen agua luego de que los hidrantes se secaran por el fuego. El personal de bomberos alerta que las zonas de mayor riesgo son las que tienen matorral seco, como las colinas de Los Ángeles, que pueden incendiarse con facilidad. Algunos días son más duros que otros. Después del primer día, muchas personas que me conocen hace tiempo no reconocían mi rostro sucio y cansado, tampoco mi teléfono para encenderlo. Los bomberos trabajan sin descanso para contener las llamas, con la esperanza de que el horror termine pronto.