Speaker 1: Una vista imponente, que cientos de turistas disfrutan a diario en Lisboa. Pero la ciudad se ha vuelto impagable para muchos portugueses. Nos reunimos con Rita Branco frente al hospital más grande del país. Reparte volantes sindicales en un intento de reclutar compañeros para luchar por mejores condiciones. El costo de vida y todo lo esencial aumenta, pero los sueldos no suben. Unos cientos de kilómetros al norte las cosas parecen estar un poco mejor. Carolina Acevedo y su madre están preparando el almuerzo. La joven acaba de terminar su carrera y está por comenzar a trabajar. Estudió medicina en Coimbra.

Speaker 2: ¿Y ahora?

Speaker 1: El salario básico del primer año de trabajo que empiezo en enero es de 1.700 euros brutos. Trabajaré un año en Portugal para ahorrar dinero y aprender alemán. En las grandes ciudades tendría que pagar 800 o 900 euros de alquiler. Un año de trabajo en su país y luego emigrará. Su desencanto no se debe solo a los salarios. Durante sus estudios hizo prácticas en el extranjero. Eso le permitió conocer otros países. Ahora quiere aprender alemán para solicitar empleo en Suiza. Mi hermano trabaja allí así que recibo información de primera mano. Eso me tranquiliza. Sé que no se trata de una ilusión. Los planes de Carolina son un golpe para la madre. Dos de sus tres hijos pronto trabajarán en el extranjero. Hemos intentado darles la oportunidad de estar cerca de nosotros, pero en Portugal eso es imposible. Así que intentan encausar sus vidas lo mejor que pueden. Los problemas del país se evidencian en los afiches electorales. Pocas salas de emergencia, escasez de viviendas y, por supuesto, fuga de cerebros. El gobierno sabe que demasiados jóvenes abandonan el país y por eso ofrece incentivos fiscales. Desde hace una década hemos luchado contra un problema demográfico. Y ahora también afrontamos un problema de competitividad, productividad y bajos salarios. Creemos que esta iniciativa fiscal podría beneficiar a entre 350.000 y 400.000 jóvenes. El economista José Alberto Ferreira es uno de los destinatarios. Él trabaja en Italia y jamás retornaría por una reducción impositiva.

Speaker 3: No se trata solo de salarios, sino también de que las oportunidades laborales y profesionales en Portugal son menores y de peor calidad que en otros lugares.

Speaker 1: Sin embargo, Lisboa se considera la meca de las startups. Proyectos internacionales como la empresa Micro Harvest tienen una sucursal aquí y otra en Hamburgo.

Speaker 4: Con nuestra presencia en el corazón de Lisboa queremos demostrar

Speaker 1: que aquí también es posible trabajar en la industria, que se trabaja en innovación y que hay oportunidades.

Speaker 5: Portugal no cuenta con un gran tejido empresarial.

Speaker 1: Además, la presión fiscal aumentó tanto que cuesta plantearse metas a largo plazo. Portugal capacita bien a las empresas y a los empresarios. Portugal capacita bien a sus jóvenes, pero no les facilita el acceso a la vivienda, aunque haya muchas disponibles. Miles de departamentos y edificios como este están vacíos en todo el país. Razón de más para emigrar. Thiago, de 27 años, trabaja como consultor. Nos reunimos con él en un barrio de moda de Lisboa, pero eso no lo seduce. Quiere emigrar a Dinamarca en los próximos meses.

Speaker 3: He notado que allí hay un equilibrio entre vida laboral y familiar. No me refiero solo a los salarios. También se trata del ambiente en general, de calidad de los servicios y del transporte públicos, por ejemplo.

Speaker 1: Perspectivas de carrera y conciliación entre vida laboral y personal. Eso es lo que nos confirman cuatro ingenieros portugueses que trabajan en Suecia.

Speaker 3: Ese fue uno de los factores más importantes para mudarnos aquí. El equilibrio entre vida profesional y privada es realmente bueno. Algo que apreciamos mucho y que en Portugal es muy diferente.

Speaker 1: Portugal atrae a millones de turistas pero expulsa a sus jóvenes y los beneficios fiscales por sí solos no alcanzan.