Speaker 1: A primera vista parece una panadería cualquiera, pero estos hombres en realidad se preparan para la vida después de prisión. Con la supervisión de guardias de seguridad, estos reclusos están aprendiendo técnicas de panadería. En los últimos días se han dedicado a hornear un clásico posnavideño. La rosca de Reyes es un pan dulce adornado con frutas confitadas, muy popular en México y otros países latinoamericanos para celebrar en la tradición cristiana la visita de los reyes magos al niño Jesús el 6 de enero. Dentro de las roscas suele haber escondida una figura del niño Jesús. Ricardo Rodríguez lleva nueve años trabajando en la panadería. Le faltan otros cinco para salir en libertad. Las roscas de Reyes se venden después en la sede de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en Ciudad de México por unos 150 pesos mexicanos, un poco más de siete dólares. Fuera del edificio se celebra otra tradición. Tres hombres disfrazados de reyes magos reciben cartas de niños con sus deseos para los regalos del 6 de enero. La panadería es una de las actividades de reinserción del Reclusorio Baronil Sur, en donde hay actualmente unos 4,000 reclusos. Ricardo y muchos otros tienen fe en que esto les ayudará a tener un sustento una vez que puedan saborear nuevamente la libertad.